sábado, 9 de agosto de 2008

LA MISTICA ESPAÑOLA

La mística española se desarrolló principalmente en Castilla, Andalucía y Cataluña. Brota fuertemente en el siglo XVI a causa de la tensión existente con el Protestantismo. Existen los precedentes medievales de Raimundo Lulio, que marca fuertemente la tradición española con el contacto de la cultura árabe y la mística sufí, y con la tradición semítica de la Cábala (en España se compiló su libro más importante, el Zohar). Se trata, además, cronológicamente, de una de las últimas místicas aparecidas y en cierto modo representa la culminación de la tradición mística cristiana.

La característica más acusada de la mística española es su carácter ecléctico, armonizador entre tendencias extremas; un ejemplo, podemos encontrar en San Juan de la Cruz al demonio nombrado en árabe Aminadab o un mismo verso repetido al estilo de la poesía árabe. Un segundo rasgo es que en la literatura religiosa hispana predomina lo ascético sobre lo místico. El tercero sería su gran elaboración formal: presenta un excelente estilo literario, de forma que muchas de sus obras se cuentan como obras maestras de la literatura en lengua española.

Pedro Sainz Rodríquez señala cuatro periodos en la historia de la mística española en su Introducción a la historia de la literatura mística en España (Madrid, 1927):

* Período de importación e iniciación, que comprende desde los orígenes medievales hasta 1500, durante el cual se traducen y difunden las obras de la mística extranjera.
* Período de asimilación (1500-1560) en el que las doctrinas importadas son por pimera vez expuestas a la española por los escritores que son precursores (fray Hernando de Talavera, fray Alonso de Madrid, fray Francisco de Osuna, fray Bernardino de Laredo, San Juan de Ávila y otros).
* Período de plenitud y de intensa producción nacional (1560-1600, reinado de Felipe II: fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús).
* Período de decadencia o compilación doctrinal, prolongado hasta mediados del siglo XVII, representado por autores como Miguel de Molinos y también por otros autores que no son creadores originales, sino retóricos del misticismo que se ocupan de ordenar y sistematizar la doctrina del período anterior.

Marcelino Menéndez Pelayo, en su ensayo sobre «La poesía mística en España», hizo una clasificación por escuelas según las órdenes religiosas de los místicos:

* Ascetas dominicos, cuyo prototipo es Fray Luis de Granada.
* Ascetas y místicos franciscanos (San Pedro de Alcántara, Fray Juan de los Ángeles, Fray Diego de Estella, etc.).
* Místicos carmelitas (San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, etc.).
* Ascetas y místicos agustinos (Fray Luis de León, Pedro Malón de Chaide, etc.)
* Ascéticos y místicos jesuitas (San Francisco de Borja, Juan Eusebio Nieremberg, y otros).
* Clérigos seculares y laicos (Juan de Valdés, Miguel de Molinos), que son místicos heterodoxos en ocasiones condenados por la Inquisición.

Esta clasificación tiene su sentido, ya que cada orden religiosa posee su propia tradición teológica y doctrinal, pero se puede simplificar aun más en tres corrientes:

* Afectiva (predomina lo sentimental sobre lo intelectual), que tiene siempre presente el Cristocentrismo o la imitación de Cristo hombre como vía por donde el cristiano puede llegar a la divinidad (franciscanos y agustinos).
* Intelectualista o escolástica, que busca el conocimiento de Dios mismo por la elaboración de una doctrina metafísica (dominicos y jesuitas).
* Ecléctica o genuinamente española, representada por la mística carmelita.

La mística española cuenta con figuras señeras en el Siglo de Oro y sobre todo en Castilla, como Bernardino de Laredo, Francisco de Osuna; Santa Teresa de Jesús compuso importantes obras místicas en prosa, como Las moradas y Camino de perfección; a San Juan de Ávila se le debe tal vez el famoso soneto místico "No me mueve mi Dios para quererte", y San Juan de la Cruz compuso con sus experiencias místicas unos poemas que son quizá la cumbre de la lírica española de todos los tiempos, el Cántico espiritual y la Noche oscura del alma, comentados por él mismo en prosa, entre otros varios poemas no menos importantes. Destacan también otros místicos, como Santo Tomás de Villanueva, San Juan Bautista de la Concepción, Cristóbal de Fonseca, el beato Alonso de Orozco, fray Pedro Malón de Chaide, fray Luis de Granada o fray Juan de los Ángeles. En el País Vasco destaca la figura de San Ignacio de Loyola. En Cataluña fue importante en la Edad Media Ramón Llull, también conocido como Raimundo Lulio, cuyo Libro del amigo y el amado es el principal testimonio de la literatura mística en catalán. Tras el Siglo de Oro, la mística española entró en decadencia.

Fuente wikipedia

1 comentario:

REINALDO BUSTILLO CUEVAS dijo...

Envío a Ustedes para acrecentar el número de sonetos en elogio al Padre Creador, dos sonetos de mi autoría


ARREPENTIMIENTO


Me arrepiento, Señor, de mi pecado
mas necesito que me des tu fuerza,
para apartar de mí la acción inversa
que todo tiempo me acompaña al lado.

Nunca conmigo estés más enojado
porque mi rastro, sin virtud, se tuerza,
mira tú, mi Señor, la suerte adversa
me aleja del camino señalado.

Yo no quiero pecar, porque te quiero
quisiera caminar por tu camino;
para tener tu gloria por destino

transitara feliz y muy austero
tus estrechos atajos, que prefiero
al recubierto con tapete fino.


JESÚS


Hijo de Dios y para el hombre arcano,
para darle grandeza a lo pequeño
tomó para morir, clavado al leño,
toda la carga del pecado humano.


Con la gracia y dulzura de su mano
y toda abnegación y todo empeño,
como manso cordero hasta su dueño
al enfermo condujo, como al sano.


Sigue al Padre quien quiera que lo siga,
es la verdad y el único destino,
está en el pan que nace de la espiga,


está su sangre en consagrado vino.
Es abundancia para el que mendiga
con fe, con hambre y sed en el camino

Reinaldo Bustillo Cuevas- trinoelbrujo1934@hotmail.com