miércoles, 20 de agosto de 2008

EL ARBOL DE LA VIDA

El denominado por los cabalistas Árbol Sefirótico, también es llamado Etz Jaiim -Árbol de Vidas-, y también es conocido como "Los 32 caminos de la Sabiduría".Es una representación conceptual, en definitiva un organigrama que se emplea para exponer las relaciones que organizan toda la estructura del universo, y que afectan a la interacción humana y especialmente en lo referente a las formas en que uno puede servir (adherirse) al Eterno.Pero también sirve como modelo para simbolizar los procesos por los cuales el Eterno hace efectivo su operar en el universo. Este esquema, en forma de árbol, está conformado por 10 esferas o ámbitos (sefirot), y 22 canales (correlativos a las letras del alefato, alfabeto hebreo) por los cuales éstas se vinculan de un modo jerárquico.
En la aplicación del arbol sefirótico a la vida de la persona, este indica que existen diversos modos por los cuales la persona se manifiesta. Son diez modos esenciales, que incluyen lo físico, lo emocional, y lo mental en su específica integración con los planos espirituales.En la tradición esotérica (de la Cabalá) a esos modos se les ha denominado sefirot.En cualquier acto (sea en los planos físico, emocional o mental) de nuestras existencias estamos vinculándonos con alguna o algunas de estas esferas, y pasamos de una a otra por lo canales que las interconectan.Y, cuando servimos a Dios desde determinado modo, estamos vinculándonos con una cierta emanación de de El, aquella de la sefirá que estamos “habitando”.Por ejemplo, si estamos sirviendo al Eterno desde nuestro plano menos refinado, estamos vinculándolos con Dios a través de la sefirá de Maljut. ¿Cuáles de las obras del Eterno podremos estar en posibilidad de percibir? Pues, aquellas que se manifiestan por Maljut.Y así, sucesivamente con cada una de las sefirot.

Fuente: http://serjudio.com/rap1651_1700/rap1661.htm

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